martes, 31 de enero de 2012

Camus: no se cambia nunca de vida

Caspar Friedrich. Caminante.
Poco después, el patrón me hizo llamar y de momento me sentí molesto porque pensé que iba a decirme que telefoneara menos y trabajara mejor. No era nada de eso. Me explicó que iba a hablarme de un proyecto todavía muy vago. Tenía la intención de instalar una oficina en París que se ocuparía de sus negocios allí, y directamente, con las grandes compañías, y quería saber si yo estaría dispuesto a ir. Podría así vivir en París y viajar, además, una parte del año. "Usted es joven y tengo la impresión de que es una vida que ha de gustarle." Dije que sí, pero que en el fondo me daba igual. Me preguntó entonces si no me interesaba un cambio de vida. Contesté que no se cambia nunca de vida, que en cualquier caso todas valían lo mismo y que la mía estaba lejos de disgustarme. Pareció descontento, me dijo que nunca respondía directamente, que no tenía ambición y que eso era desastroso en los negocios. Hubiera preferido no decepcionarlo, pero no veía razón alguna para cambiar de vida. Pensándolo bien, no me sentía desgraciado. Cuando era estudiante, tenía yo muchas ambiciones de ese tipo. Luego, cuando tuve que abandonar mis estudios, comprendí muy pronto que todo eso carecía de verdadera importancia.

Albert Camus. El extranjero (1942).

2 comentarios:

  1. Me recuerda a un poema de Kavafis...

    "Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
    Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
    Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
    y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
    Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
    Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
    oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
    donde tantos años pasé y destruí y perdí".
    Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
    La ciudad te seguirá. Vagarás
    por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
    y en estas mismas casas encanecerás.
    Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
    no hay barco para ti, no hay camino.
    Así como tu vida la arruinaste aquí
    en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste".

    ResponderEliminar
  2. Me gustan esos versos de Kavafis. Podrían encajar perfectamente en la vida de un "extranjero material" (que busca en otro lugar lo que en su patria no encuentra pero finalmente no da con lo que busca) y más que nada en la vida de un "extranjero espiritual", que sintiendo desarraigo y nula pertenencia en su propia patria, sale y busca pertenecer a otra, sentirse parte de algo, pero también infructuosamente. Tal vez el segundo caso sea más terrible.

    ResponderEliminar