sábado, 10 de marzo de 2012

Chéjov y el fin de la juventud

Fotografía de Chéjov en 1893.
Solo tenía veintisiete años, pero ya estaba gordo, vestía como los viejos, con trajes muy holgados, y padecía disnea. Poseía todas las inclinaciones del terrateniente solterón. No se enamoraba, no pensaba en casarse y únicamente quería a su madre, a su hermana, a la niñera y al jardinero Vasílich. Le gustaba comer bien, dormir la siesta y hablar de política y de materias elevadas… Había terminado en tiempos los estudios en la universidad, pero ahora lo veía como si hubiese sido una carga inevitable para los jóvenes de los dieciocho a los veinticinco años. Al menos, las ideas que ahora rondaban cada día por su cabeza no tenían nada en común con la universidad ni con lo que allí había estudiado.

Antón Chéjov. Vecinos (1892).

2 comentarios:

  1. Sin duda, sabes elegir bien qué fragmentos poner aquí. Casi siempre despiertas el interés por la lectura completa de la obra. Ahora yo quiero saber cuales son esas ideas que le rondaban por la cabeza a ese tipo y qué era lo que en realidad había estudiado. Una buena presentación del personaje que te deja con ganas de más. Un beso =)

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    1. Es una de las virtudes de Chéjov: saber captar la atención del lector para que éste se sumerja en la totalidad del relato. :)

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