martes, 25 de septiembre de 2012

Patricia Highsmith: una carta adversa

Pierre Bonnard. La carta (1906).
Don,
      lamento muchísimo haber esperado tanto tiempo antes de contestar tu carta, pero aquí voy siempre de una cosa a otra. Hasta hoy no he conseguido instalarme con el orden suficiente para empezar a trabajar. (...)
      Eres un ángel, Don. Lo sé y no lo pienso olvidar. Tampoco olvidaré nuestros días en la Côte. Pero, querido, no soy capaz de verme en un cambio de vida tan radical y abrupto como para casarme, ya sea aquí o allá. Me resultará imposible pasar las Navidades en Estados Unidos porque estoy muy ocupada por aquí. Por otra parte, ¿por qué ibas tú a arrancar tus raíces de Nueva York? Tal vez en Navidad, cuando te llegue esta carta, tus sentimientos hayan cambiado un poco.
      ¿Me volverás a escribir, por favor? ¿Intentarás que esto no te haga desgraciado? ¿Y podemos volver a vernos? ¿Tal vez de manera inesperada y maravillosa, como pasó en Juan-les-Pins?

Rosalind

   Se metió la carta en el bolsillo y salió a toda velocidad a la calle. Sus pensamientos eran un caos, señales de una angustia mortal, gritos de una muerte silenciosa, órdenes confusas que impelían a su ejército derrotado a retirarse antes de que fuera demasiado tarde, a no abandonar, a no morir.
   Un pensamiento se abrió paso con cierta claridad: la había asustado. Su declaración estúpida y desenfrenada, el torrente de planes se había vuelto sin duda en su contra. Si hubiera dicho solo la mitad, ella habría entendido cuánto la quería. Pero había sido muy concreto. Le había dicho: <<Querida, te amo. ¿Puedes venir a Nueva York por Navidad? Si no, puedo volar yo a París. Quiero casarme contigo. Si prefieres vivir en Europa, me las arreglaré para instalarme allí también. Me sería tan fácil...>>.
   ¡Qué imbécil había sido!

Patricia Highsmith. Pájaros a punto de alzar vuelo (1946).

6 comentarios:

  1. Hermosa declaración de amor la de Don, que pena que su amor no sea correspondido. Tal vez Rosalind solo siente el vértigo que le da el cambio de vida, el compromiso, las nuevas responsabilidades.. y eso la hace rechazar tan hermosa proposición. Ahora que lo pienso me siento afortunada porque aunque mi "Don" no usó esas palabras, también está dispuesto a dejarlo todo por mí. =P La pintura me agrada, aunque no es de mis favoritas.


    Besitos =)

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    1. Es cierto. La pintura no la veo mal, pero no me encanta. La puse por la relación que guarda con el texto. Me alegra que te gustara el fragmento. :)

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  2. A veces deseamos algo que nos parece imposible y una vez que nos lo dan...La duda.

    Saludos

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    1. En el caso de Don, la esperada carta no le trajo sosiego sino todo lo contrario.

      Saludos.

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  3. Cuando el amor no es correspondido se desbaratan proyectos e ilusiones. Creo que Don se apuró. Muy bueno. Un abrazo

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    1. Don ya imaginaba toda una vida al lado de Rosalind y creía que con una declaración por carta iba a alcanzar su objetivo. Por eso la decepción fue más honda.

      Un saludo.

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