domingo, 30 de agosto de 2015

Chéjov: lo que necesita el hombre

Mijaíl Nésterov. Solovki (1917).
Abandonar la ciudad, la lucha, el mundanal ruido, marcharse y desaparecer en sus tierras, eso no es vida, sino egoísmo, pereza, es una especie de vida monástica, sí, pero la de un monje sin devoción. Lo que necesita el hombre no son dos metros de tierra, ni una hacienda, sino todo el globo terráqueo, toda la naturaleza, donde pueda dar rienda suelta a las cualidades y peculiaridades de su espíritu libre.


Antón Chéjov. La grosella (1898).

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